El pollo a la brasa es un plato emblemático de la gastronomía peruana, presente en nuestras mesas con frecuencia. Sin embargo, surgen dudas sobre su impacto en la salud.
Aspectos positivos:
Aporte de proteínas: El pollo es una fuente de proteínas de alto valor biológico, esenciales para el crecimiento y desarrollo muscular.
Vitaminas y minerales: Contiene vitaminas del grupo B, vitamina A, hierro, zinc y fósforo, importantes para el funcionamiento del organismo.
Menos grasa que otras carnes: En comparación con las carnes rojas, el pollo tiene un menor contenido de grasa saturada.
Versatilidad: Se puede acompañar con diversas guarniciones nutritivas como ensaladas, verduras o arroz integral.
Aspectos a considerar:
Piel: La piel del pollo a la brasa contiene una cantidad considerable de grasa saturada y colesterol, por lo que su consumo debe ser moderado.
Método de cocción: La cocción a la brasa puede generar compuestos nocivos como las aminas heterocíclicas (HCAs) y los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs) si se quema la carne.
Guarniciones: Las papas fritas, cremas y otras guarniciones que suelen acompañar al pollo a la brasa pueden aumentar considerablemente el contenido calórico y graso del plato.
Consumo excesivo: El consumo excesivo de cualquier alimento, incluyendo el pollo a la brasa, puede afectar negativamente la salud.
Recomendaciones:
Moderación: Consumir pollo a la brasa con moderación, no más de dos veces por semana.
Retirar la piel: Eliminar la piel del pollo antes de consumirlo reduce significativamente la ingesta de grasa saturada y colesterol.
Evitar la quemadura: Asegurarse de que el pollo no se queme durante la cocción para minimizar la formación de HCAs y PAHs.
Guarniciones saludables: Acompañar el pollo con guarniciones nutritivas como ensaladas, verduras al vapor o arroz integral.
Métodos de cocción alternativos: Probar otras opciones de cocción como el horno o la plancha para reducir la formación de compuestos nocivos.
Conclusión:
El pollo a la brasa no es «bueno» o «malo» para la salud. Su impacto depende de la frecuencia de consumo, la forma de preparación y las guarniciones que lo acompañan. Un consumo moderado, sin piel, con una cocción adecuada y acompañado de opciones saludables, lo convierte en una alternativa nutritiva dentro de una dieta equilibrada.
Consejos adicionales:
Cocina en casa: De esta manera puedes controlar la calidad de los ingredientes y el método de cocción.
Elige cortes magros: Opta por pechuga o muslo sin piel.
Marinar el pollo: Esto ayuda a que la carne quede más jugosa y reduce la formación de HCAs y PAHs.
Acompaña con vegetales: Las verduras aportan vitaminas, minerales y fibra que complementan la nutrición del plato.
Disfruta con moderación: Recuerda que la clave para una alimentación saludable es la variedad y el equilibrio.
Ofrece soluciones prácticas:
Consejos para marinar el pollo: Brinda recetas e ideas para marinar el pollo con ingredientes saludables que reduzcan la formación de HCAs y PAHs.
Métodos de cocción alternativos: Explica las ventajas de cocinar el pollo al horno, a la plancha o al vapor para reducir la formación de compuestos nocivos.
Guarniciones saludables y deliciosas: Ofrece recetas de ensaladas, verduras al vapor, cremas light y otros acompañamientos nutritivos que complementen el pollo.