LAMPARAS

Entre los tipos más comunes están las lámparas incandescentes, fluorescentes, halógenas, LED y de descarga (como las de sodio o mercurio). Cada tipo tiene características específicas en cuanto a eficiencia, duración y calidad de luz.

Las lámparas LED consumen menos energía, tienen mayor duración (hasta 50,000 horas), generan poco calor y ofrecen una amplia variedad de temperaturas de color. Además, son más amigables con el medio ambiente al no contener sustancias tóxicas.

La temperatura de color se mide en kelvins (K) y determina el tono de luz que emite una lámpara. Puede variar desde tonos cálidos (amarillos) hasta fríos (blancos azulados), afectando la atmósfera y percepción del espacio iluminado.

Depende del uso del espacio. Para áreas de trabajo se prefieren luces blancas o neutras, que mejoran la concentración. Para ambientes de descanso, las luces cálidas crean un ambiente relajante. También hay que considerar la potencia y tipo de casquillo.

El CRI indica la capacidad de una lámpara para reproducir colores fieles a la realidad. Un CRI alto (cercano a 100) es importante en espacios donde el color es crucial, como tiendas o estudios artísticos.

La duración varía según el tipo. Las incandescentes duran alrededor de 1,000 horas, fluorescentes entre 7,000 y 15,000, y las LED pueden llegar hasta 50,000 horas, haciendo que su inversión sea más rentable a largo plazo.