LAMPARAS CONVENCIONALES

Las lámparas convencionales son aquellas que utilizan tecnología tradicional, como bombillas incandescentes o fluorescentes, para emitir luz. Son ideales para quienes prefieren opciones más simples y económicas en términos de instalación y costo inicial.

Existen diversos tipos de lámparas convencionales, como:

• Lámparas de incandescencia: Proporcionan una luz cálida y suave, pero son menos eficientes en cuanto a consumo energético.
• Lámparas fluorescentes: Consumen menos energía que las de incandescencia y tienen una vida útil más larga.
• Lámparas halógenas: Son una variante de las incandescentes, con mayor eficiencia y luz más brillante.

Las lámparas convencionales utilizan tecnologías más antiguas y consumen más energía en comparación con las lámparas LED, que son mucho más eficientes y duran más tiempo. Aunque las lámparas LED pueden ser más caras inicialmente, a largo plazo ofrecen un ahorro significativo en consumo energético.

Sí, las lámparas convencionales son versátiles y pueden utilizarse en cualquier espacio, tanto en interiores como exteriores, dependiendo del tipo de lámpara. Sin embargo, no son tan eficientes como las opciones modernas, por lo que se recomienda para áreas que no requieren un uso prolongado de luz.

Las lámparas convencionales son generalmente más asequibles que las opciones más modernas como las LED, y proporcionan una luz cálida y agradable. También están ampliamente disponibles y son fáciles de reemplazar.

La duración de las lámparas convencionales varía según el tipo. Las incandescentes pueden durar entre 750 a 1,000 horas, las fluorescentes entre 7,000 y 15,000 horas, y las halógenas entre 2,000 y 3,000 horas. Son menos duraderas que las lámparas LED, que pueden durar hasta 25,000 horas o más.