LUMINARIAS CON SENSOR

Las más comunes utilizan sensores de movimiento (PIR o microondas), sensores crepusculares (detectan luz natural) o sensores de presencia (más precisos). Algunas luminarias avanzadas combinan varios sensores en un solo dispositivo.

El sensor de movimiento (PIR) detecta cambios de posición y es ideal para entradas, pasillos y exteriores. El sensor de presencia puede detectar incluso pequeños movimientos, como alguien escribiendo, y es más preciso en oficinas o baños.

El sensor infrarrojo detecta variaciones en el calor del entorno (como el cuerpo humano). Cuando capta movimiento dentro de su rango, enciende la luz automáticamente. Tras un periodo sin detección, se apaga.

Aumentan el ahorro energético, mejoran la seguridad, evitan el uso innecesario de energía y ofrecen comodidad, ya que no es necesario accionar interruptores. Además, extienden la vida útil de la lámpara al reducir el tiempo de encendido.

En entradas, pasillos, cocheras, escaleras, jardines, baños, almacenes o cualquier lugar donde se requiera iluminación temporal y automática. También se usan en zonas de poco tránsito donde no es necesario tener luz encendida todo el tiempo.

Depende del sensor. Los PIR típicos cubren entre 6 y 12 metros de distancia y un ángulo de hasta 180°. Los sensores de microondas pueden atravesar puertas delgadas o cristales y cubrir ángulos más amplios y distancias mayores.