LAMPARAS LED

Ofrecen un consumo energético mucho menor, una vida útil más prolongada (hasta 50,000 horas), mayor resistencia a golpes y encendidos instantáneos. También permiten una variedad de temperaturas de color, son ecológicas y no contienen mercurio.

Depende del modelo y uso, pero muchas lámparas LED duran entre 25,000 y 50,000 horas. Esto equivale a más de 10 años con un uso promedio de 4-5 horas al día, superando ampliamente a las incandescentes o fluorescentes.

La temperatura de color indica el tono de la luz, medida en kelvins (K). Una luz cálida (2700K–3000K) es amarillenta, ideal para ambientes acogedores. Una luz neutra (4000K) se asemeja a la luz natural. Una luz fría (5000K–6500K) es blanca azulada, ideal para oficinas o exteriores.

Es una medida de cómo una fuente de luz reproduce fielmente los colores. Un CRI cercano a 100 indica una reproducción de color excelente. Las lámparas LED suelen tener un CRI entre 80 y 95, lo cual es más que suficiente para la mayoría de usos.

Sí. Consumen hasta un 80% menos energía que una lámpara incandescente con la misma luminosidad. Por ejemplo, una lámpara LED de 10W puede reemplazar una de 60W incandescente sin perder intensidad de luz.

En la mayoría de los casos sí, siempre que el casquillo o base coincidan (como E27 o GU10). Además, es importante revisar la compatibilidad con atenuadores (dimmers) si se desea usar regulación de luz.

Sí. Las lámparas LED dimmables permiten ajustar la intensidad de la luz, pero deben ser compatibles con reguladores específicos. Usar un dimmer incorrecto puede generar parpadeos o fallos en el sistema.