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Un chaleco salvavidas es un dispositivo de flotación diseñado para mantener a una persona a flote en el agua y ayudar a prevenir el ahogamiento. Está fabricado con materiales que proporcionan flotabilidad y generalmente se usa en actividades acuáticas.

La elección del chaleco depende del peso y tamaño de la persona, así como del tipo de actividad acuática que se va a realizar. Asegúrate de que el chaleco sea adecuado para tu peso, y si es para un niño, verifica que sea específicamente para su rango de edad y tamaño.

En muchos países, el uso de chalecos salvavidas es obligatorio en ciertas actividades acuáticas, como navegar en bote, practicar deportes acuáticos o estar en zonas de riesgo. Sin embargo, puede variar según las regulaciones locales.

Un chaleco salvavidas debe ajustarse de manera que quede ceñido al cuerpo, pero sin restringir la respiración ni la movilidad. Debe estar bien asegurado con las correas, y al levantar los brazos, el chaleco no debe deslizarse por encima de la cabeza.

Aunque un chaleco salvavidas aumenta significativamente las posibilidades de supervivencia en el agua, no garantiza la protección absoluta. Es importante también saber nadar y seguir medidas de seguridad acuática.

La duración de un chaleco salvavidas depende del material con el que esté fabricado y el cuidado que se le dé. En general, se recomienda revisar su estado de flotabilidad cada 2-3 años y reemplazarlo si presenta daños o signos de deterioro.